Paracuellos 25/11/08.- Los hechos ocurrieron a las 00:45 horas del día de ayer, cuando un grupo de violentos encapuchados que portaban artefactos incendiarios, prendieron fuego al coche particular de un familiar del concejal no adscrito Victor Labarquilla. Según los primeros indicios, el incidente ha sido provocado y no se descarta que sea por venganza o cualquier otro tipo de acto represivo hacia el concejal expulsado de ICxP al negarse apoyar una moción de censura en el consistorio. (Ver >)
El coche quedó totalmente calcinado y fueron los Bomberos quienes sofocaron el incendio. El incidente ha sido puesto en conocimiento de la Guardia Civil quien ha iniciado las correspondientes diligencias para el esclarecimiento de los hechos.
Concejal acosado desde octubre
Desde el pasado mes de octubre, el exconcejal de ICxP Victor Labarquilla, ha sido víctima de un continuo acoso de injurias y descalificaciones, al negarse a apoyar la decisión de la asamblea de ICxP de secundar una moción de censura a favor del Popular Fernando Zurita.
Tras una asamblea de ICxP, el pasado 25 de octubre apareció una pintada en el municipio, calificando al exconcejal de ICxP de “traidor”. Además se difundió un panfleto donde se le llamaba “mentiroso” y se le acusaba de “dinamitar un partido creado con mucha ilusión”. Pero ha sido tras su expulsión del partido y negarse a devolver el acta de concejal, cuando desde distintos foros y de forma anónima, se lanzó una campaña de mensajes desmedidos, radicalizados y fuera de tono, contra el exconcejal de ICxP.
En declaraciones a ParacuellosDigital.com Labarquilla señaló tras lo sucedido “sentirse acosado y a veces hasta he sentido miedo”, asegura que “En cualquier caso este tipo de cosas lo único que hace es reafirmarme en mi decisión y aunque la situación no es comparable siento como se deben sentir algunos políticos en el País Vasco.”
Los terroristas y su soporte ideológico, practican, de un lado, la nefasta filosofía del fin justifica los medios y, por otro, la dialéctica schimittniana del odio, incompatible con la amistad cívica de la democracia.
Todo es tolerable menos la intolerancia, es decir, menos la violencia, o mejor, la pretensión de imponer por la fuerza nuestras convicciones o nuestra visión del mundo.