Hay
alcaldes, que parece mentira que sean elegidos por el pueblo. Y más
asombroso es, que sin contar con la mayoría absoluta, reciban el apoyo
de partidos independientes (ICxP) que dicen preocuparse por el interés vecinal,
y la honradez política. Pero lo más extraordinario, son aquellas
personas, que lo criticaron hasta aburrirnos. Hoy son bucaneros a la
sombra del Gran Pirata.
Prometieron
devolver el IBI, prometieron un instituto, prometieron arreglar las
rotondas, prometieron arreglar los vados, prometieron adecentar los
parques, prometieron ser austeros, prometieron bajar los impuestos,
prometieron eficacia, y prometieron y prometieron. Pero sólo
prometieron y lo hicieron bien por que la gente les voto.
Votaron
promesas que se han convertido en mentiras.
Para los piratas todo vale
con tal de conseguir el ansiado botín.
En
la actualidad, están cometiendo los mismos errores que criticaban al
anterior gobierno. Con el agravante de que ahora son más ediles, el
doble para ser exactos, y lo hacen igual o peor. Eso sí, a los vecinos,
mantener a esta dote de prometedores profesionales, nos cuesta un ojo de
la cara. Claro que podía ser peor, si te multan, entonces tienes que
dejar también el riñón.
El ayuntamiento es un kaos. El alcalde no pisa el ayuntamiento, pasa más tiempo en El Pela, sobran concejales, y algunos de ellos, a estas alturas de la legislatura, no saben como hacer las cosas. El clientelismo y amiguismo continúa. Pero aún así, no le faltan adeptos que no dudan en agasajar a un alcalde nefasto. Estómagos agradecidos sin duda, que intentan sacar tajada al más puro estilo Barcenato. Y mientras, y según publica el mundo, el pago de impuestos, equivale al sueldo íntegro de aquí a final de año.
¿Para qué? Para que los Piratas
que nos gobiernan vivan como Reyes.
Han sustituido los pitos y las
pancartas por Rádares de tráfico.